
03 Sep Cómo mantener una identidad corporativa coherente en todos los soportes
La estrategia más potente y trabajada de global marketing puede quedar desbaratada si la imagen de tu compañía no está a la altura de las circunstancias. En el contexto actual de máxima competitividad y multiplicación de canales para comunicarse con el público, la impresión que se ofrece a nivel visual es clave. En este sentido, para ofrecer una sensación de seriedad y modernidad resulta imprescindible que la identidad corporativa esté unificada a la par que adaptada a cada soporte que utilices, desde materiales impresos a comunicación digital. Es parte de lo que se conoce como branding. ¿Cómo lograrlo? Marcando unas reglas de estilo que aborden los siguientes elementos.
Tipografía
La identidad corporativa no acaba en el logotipo, sino que debe regular todos los elementos que formen parte de tu comunicación visual. Por ello, resulta imprescindible establecer una familia de tipografías que también se conviertan en seña de identidad de tu negocio. Es posible combinar varias siempre que se haga de forma organizada y jerarquizada. Ten en cuenta que una fuente tipográfica también expresa sensaciones y valores a través de sus formas. Tanto es así, que algunas grandes compañías incluso encargan sus propios tipos de letra exclusivos para controlar al detalle este elemento.
Paleta cromática
Evidentemente, los colores también son identidad visual, y si bien no hace falta que todo material visual tenga la misma combinación de colores, sí resulta interesante determinar una serie de tonalidades específicas que emplear –evitando la inconsistencia de usar el mismo color pero en distintos tonos– y una guía sobre los colores que representan y encajan con tu marca, incluso asociándolos a distintos usos o secciones.
Tono comunicativo
Cuando hablamos de identidad corporativa no nos limitamos a lo visual o lo sensorial. Las empresas también hacen trabajo de imagen en la forma en la que se expresan y se dirigen al público. Por eso mismo desde Bennu incidimos en la importancia de que los mensajes que se envíen guarden una cierta coherencia entre sí. Por ejemplo, si tu empresa tiene una publicidad con mensajes gamberros o desenfadados, no tendría sentido que en internet contestase a los usuarios de manera seria y aséptica.
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